Lugares equivocados: ¿Qué haces allí?



     ‎Hace poco en una conversación entre amigos, escuché decir que luego de diez años detenida, salió en libertad una joven a la cual le consiguieron estupefacientes; dicha joven, frecuentaba una discoteca e hizo amistad con una pareja de esposos, que al pasar un tiempo, le pidieron que les acompañaran a otro país y con la oferta de todo pago. Ella aceptó.

     ‎La chica fue detenida en un control del aeropuerto de la ciudad de destino, por llevar en su equipaje, una caja que sus “amigos” le habían pedido que les llevara, la cual tenía una sustancia ilícita. Ella no supo más de la pareja, y cuentan que en el juicio que enfrentó, y cuando un jurista le preguntó: ¿qué hacías allí? Ella recordó que su madre varias veces le preguntó lo mismo; y al escuchar la misma pregunta, tan solo pudo responder: ¡estaba en el lugar equivocado!

     ‎Hoy en nuestras Reflexiones en Familia, compartiremos una poderosa palabra inspirada por Dios, que en el capítulo 19 del libro de Génesis, versículos del 1 al 13, en la Traducción en Lenguaje Actual, dice: “Al caer la tarde, dos de los ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad, y en cuanto los vio se levantó para saludarlos. Sin levantar la vista, se inclinó ante ellos en señal de respeto, y les dijo: señores, estoy para servirles. Yo les ruego que vengan a mi casa. Allí podrán bañarse y pasar la noche; mañana podrán seguir su camino. Sin embargo, ellos le dijeron: se lo agradecemos; pero vamos a pasar la noche en la calle. Lot siguió insistiendo hasta que los ángeles aceptaron quedarse en su casa. Una vez allí, Lot hizo pan y les dio de cenar, y los ángeles comieron. Ya estaban por acostarse cuando llegaron todos los hombres de la ciudad, los jóvenes y los viejos, y rodearon la casa. Gritando con todas sus fuerzas decían: «Lot, ¿dónde están los hombres que esta noche llegaron a tu casa? ¡Sácalos! ¡Queremos tener relaciones sexuales con ellos!» Lot salió para hablar con ellos, pero al salir cerró la puerta. Allí afuera les dijo: Amigos míos, ¡no hagan algo tan malo! Yo tengo dos hijas solteras que nunca han tenido relaciones sexuales. Las voy a sacar, y ustedes pueden hacer con ellas lo que quieran. Pero a mis invitados no les hagan nada, pues están bajo mi protección. Ellos le respondieron: ¡Quítate de ahí! ¿Tú quién eres para decirnos lo que debemos hacer? ¡Ni siquiera eres de los nuestros! ¡Pues ahora te va a ir peor que a ellos! Y a empujones quitaron a Lot de en medio, con la intención de echar abajo la puerta. Sin embargo, desde adentro los ángeles estiraron el brazo, metieron a Lot en la casa y cerraron la puerta. Luego, a todos los que estaban afuera los dejaron ciegos para que no pudieran entrar. Después de eso, los dos ángeles le dijeron a Lot: Si tienes en la ciudad otros hijos o hijas, yernos o familiares, sácalos de aquí porque vamos a destruir este lugar. Son tantas las quejas que hay contra la gente de esta ciudad, que Dios nos ha enviado a destruirla».

     ‎Queridos amigos, muchas veces no nos damos cuenta de que andamos en lugares equivocados, sino hasta que nos sucede algo, tal cual le sucedió a la joven que fue detenida en un aeropuerto; y que luego reconoció que su desgracia comenzó por asistir repetidas veces a un lugar equivocado. Queridos hermanos, Lot también estaba en un lugar equivocado, estaba en una ciudad que representaba la indecencia, era una ciudad que tenía un apego desmedido al pecado.

     ‎Este relato bíblico debe servir como advertencia contra la toma de algunas decisiones que pueden parecernos atractivas; pero que no están en consonancia con la voluntad de Dios y que a menudo nos llevan a pasar por situaciones lamentables; sin embargo, cuando seguimos la guía de Dios, Él extenderá su brazo para ayudarnos y resguardarnos en el lugar correcto.

    ‎¿Alguna vez has estado en un lugar equivocado? Debemos tener claro que cuando somos injustos, cuando no respetamos, somos mezquinos o envidiamos, ahí también estamos en el lugar equivocado; amados, no defendamos lo que es malo ni justifiquemos las acciones incorrectas. No provoquemos la destrucción del lugar donde estamos. La obediencia nos lleva a estar en el lugar correcto, nos lleva a estar en el lugar que nos conviene.

     ‎La Escritura relata en Jonás capítulo 1, que a Jonás se lo tragó un enorme pez y estuvo allí tres días y tres noches; todo eso como resultante de que debía haber ido a Ninive, pero él se fue a Tarsis desobedeciendo a Dios. El gran pez fue un medio para que Dios no solo salvara a Jonás, sino también para llevarlo de vuelta a un lugar correcto y darle una segunda oportunidad para cumplir su propósito. ¡Jonás pagó el precio de la desobediencia!

     ‎“Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor. Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos. Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches».
 Jonás 1:15-17 (RV1960).
 
Bendiciones para todos.

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